Para mejorar la relación con el hijo adolescente será fundamental mantener abiertas todas las líneas de comunicación. Muchas veces la actitud del adolescente puede ser desafiante, en el mejor de los casos, y frustrante en el peor. Aquí te traigo unas sugerencias que te podrán ayudar a establecer una mejor comunicación con tu hijo adolescente.
Estableciendo las reglas:
Encuentra un momento en que estén ambos en calma, y siéntate con él para definir que comportamiento será aceptable e inaceptable cuando confronten algún problema. Si las cosas se empiezan a poner mal (no es raro que suceda) propón un descanso en la conversación para que cada uno se tome 10 minutos aparte. Es importante recordar que las reglas son para ambos. Los adolescentes son muy hábiles para precisar que regla has roto y lo usará si se siente agredido en la conversación.
Escucha antes de hablar:
Basta que lo interrumpas una vez para que te repita constantemente que tu no lo escuchas, así que conserva la calma y escucha. Muchas veces ellos se acercarán a ti solo para ser escuchados. Resiste la tentación de ofrecer siempre sugerencias de cómo resolver la situación. Ten la certeza que muchas veces ellos solo necesitan saber que sus problemas son importantes para nosotros, que estamos atentos a sus vidas y a los obstáculos que deben sortear en la misma.
Una respuesta común que los adolescentes suelen escuchar de sus padres es: “ojalá mis problemas fueran así de pequeños”. Lo cierto es que a cada edad se ve el problema de un tamaño diferente, y para ellos, ahora mismo esa tontería que los afecta tiene proporciones gigantescas. Tampoco insistas en que debe resolver su problema a tu manera, piensa que nuestras soluciones pueden ser extemporáneas. Recuerda que en tu tiempo no había celular, ni chat de computadora, ni text message, por lo que las cosas se resolvían de forma diferente. Da un consejo que represente apoyo, no trates de decir: “la solución es que hagas esto y esto…”, ni te molestes si él (ó ella) no hace lo que tu propones. Lo que estás haciendo es arriesgándote a no tener participación en el futuro, es decir, que no te consulte la próxima vez.
Es importante que valores sus sentimientos:
Como padres enfrascados en nuestras responsabilidades y lucha de vida, perdemos la sensibilidad y consideramos problemas triviales y sencillos los que experimentan nuestros adolescentes, pero la verdad es que son muy serios e importantes para ellos. Entonces debemos mostrar comprensión con frases como: “entiendo como te sientes” , ó “eso que te pasa me molestaría muchísimo” así le demuestras que tu comprensión es genuina y que entiendes lo que siente.
Darle la oportunidad de expresarse plenamente:
Algunos padres sencillamente no están preparados para lo que sus hijos puedan decirle y esto lo perciben los adolescentes, por eso dudarán de confiar por el miedo a la reacción. Esto trunca completamente la comunicación porque el hijo se cohíbe y no puede exteriorizar su situación. Dejarlo manifestarse no es algo que se logre en un solo paso, lo primero será dejarlo expresarse libremente sobre diferentes temas sin juzgarlo. Propiciar conversaciones de diferentes temas donde pueda expresarse y siempre mostrarle comprensión y motivación para que continúe. Eso contribuye a solidificar la personalidad del adolescente ya que le da la sensación de que es importante y su opinión es válida. Guardando la calma y manteniendo la comprensión le enseñamos, no solo a comportarse de esa forma, sino que además le enviarás un mensaje de que comportamiento es aceptable para discutir problemas y cuál no.
Hacerlo sentir cómodo:
Aunque parezca redundante no lo es. Es importante que el adolescente se sienta cómodo y no piense que cada “Tengo que hablar contigo” es un despliegue de artillería en preparación de una guerra. Se debe manejar el clima de la conversación y ser sumamente tolerante. Castigar a un adolescente después de una discusión solo provocará resentimiento en ambos, por lo que el castigo se debe contemplar como opción solo en caso de emergencia. Podemos estar en desacuerdo con lo que dice, pero siempre de una forma respetuosa, ya que así será la única forma en como llegar a algún tipo de acuerdo.
Antes de comenzar los padres debemos reflexionar un tiempo para pensar en las acciones que tomaremos si se pone muy tensa la discusión, ya que no queremos hacer ó decir cosas de las que nos podríamos arrepentir. Una vez hecho este paso y de frente en la conversación se debe precisar el punto para que el adolescente entienda que lo que nos molesta es lo que hizo y no él.
Comprender y animar a los adolescentes es uno de las tareas más difíciles que tenemos como padres, por esto mantener las vías de comunicación abiertas y mostrarles mucho amor será la clave para fomentar una buena relación con nuestros hijos adolescentes.
Muy interesante parese mentira que hay que hacer tantas cosas para comunicarse con los adolesentes. lo voy a practicar.
Teresa