Asignatura Pendiente

 Finalmente, ahí estábamos, él y yo, después de casi 4 décadas sin vernos, ese instante que tanto había  anhelado ya no podía ser postergado.  Desde nuestro reencuentro en FB unos meses atrás,  la hora de  pasar mi «asignatura pendiente” había llegado, el aquí y el ahora estaba frente a mí.  El tremor de mi cuerpo era vivida señal de que la primera impresión  había  superado todas mis expectativas y creo que las de él también.  A pesar de sus canas, lucía muy atractivo, pude atisbar que a aquella risa picara que guardaba en mis recuerdos,  ahora le faltaban unos cuantos dientes…sin embargo, no era el momento de ser tan plástica, seguro el pobre  habría sufrido alguna  enfermedad periodontal.
Superado el momento «Pepsodent», procedimos con lo planeado…de pronto, sin darnos cuenta, estábamos ya en el carro, recordando aquella época maravillosa de la escuela y poniéndonos al día con lo acontecido en nuestras vidas…seguía siendo el mismo chico tremendo,  sólo que ahora la inocencia de aquellos años fue reemplazada por cierta malicia en su mirada que subliminalmente me decía cuanto me deseaba….sin pensarlo mucho, nos dejamos llevar por  la necesidad  imperiosa  y esa curiosidad casi  morbosa de estar juntos, sin aquel pudor de la adolescencia, todo era perfecto, tal cual lo imaginé…hasta que desperté  de mi  “realidad ilusoria” y ver que después de esperarlo por más de  40 años para sentirlo cerca de mi…dentro de mí,  fuera de mi…todo  se acabaría en apenas 60 segundos… o por lo menos fue lo que me pareció…mi esperanza de haber encontrado a mi ”hombre ideal “se desvaneció cuando tuve que enfrentar la cruel realidad de que mi canoso  príncipe,  era un eyaculador precoz y de paso no muy bien dotado ..!Qué horror!  ¿Por qué a mí? ¿Qué pecado habré cometido en otra vida para recibir semejante castigo?  ¿Y ahora, qué debía hacer en este caso? ¿Fingir  un orgasmo salvaje contenido por 4 décadas, o sacar mi  sex kit  que traía guardado en el fondo  de mi bolso de noche para casos de emergencia?  ¿Qué pensaría él de mi? si la última vez que nos vimos, era tan inocente que tuve que esconderme en el baño al descubrir mientras bailábamos un bolero, sensaciones inexplicables que no nos habían enseñado en la clase de biología y de las que mucho menos me  habían hablado mis padres… yo, que soñaba que al estar en sus brazos alcanzaría el más sublime paroxismo sexual y espiritual, decidí ser egoísta y que era el momento oportuno de presentarle a la mujer independiente y moderna que no podía permitir  bajo ninguna circunstancia, que una noche tan esperada terminara en un minuto y sin orgasmos múltiples…recuerdo la expresión de su cara al verme armando  semejante  aparato  y tomar control de la situación engorrosa en la que nos encontrábamos,  mientras trataba al mismo tiempo de hacerle creer que él era  todo lo que siempre había soñado, no quería castrarlo psicológicamente. En el camino de regreso a casa, él hacía planes para «nuestro» futuro, pero en el fondo, yo sabía que  esa sería nuestra noche de debut y despedida…nunca más lo vi.

¿Y entonces me pregunto…? ¿Qué es lo que realmente buscamos las mujeres en el otoño de nuestras vidas? ¿Por qué nos hemos vuelto tan exigentes? nada parece complacernos? hasta para el sexo nos hemos vuelto autosuficientes… nos quejamos de estar solas y cuando aparece alguien con potencial, le buscamos hasta el más “mínimo” defecto…  si no nos hace delirar en la cama, lo desechamos sin ninguna piedad…quizás por eso muchas terminamos saliendo con hombres mas jóvenes, a sabiendas que al final nos dejarán destrozadas y mucho peor, por otra de su misma edad…  ¿Y todo a cambio de qué ?  ¿Por momentos de gratificación inmediata y orgasmos múltiples?  Parece que una hora de placer es más importante que las 23 horas restantes… ¿Será  que a esta edad nos volvemos  intolerantes a la lactosa y a hombres que no logren complacernos sexualmente?  ¿Entonces, dónde queda el amor?  ¿Se ha convertido  el sexo en el verdugo del amor ¿O es el amor la exaltación del sexo?
En mi caso, no claudicaré en mi búsqueda de ese hombre que me haga volver a creer  que el amor y el erotismo  cuando van juntos  son la experiencia existencial más maravillosa y gratificante en nuestras vidas, pero mientras aparece y logro encontrar todas esas respuestas ¿Por qué no seguir disfrutando de los exquisitos placeres de un buen amante?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *